MANIFIESTO
Ante la decisión de la Conserjería de Educación de la Comunidad de Madrid de habilitar espacios en los centros educativos de Infantil y Primaria para acoger a niños y niñas de hasta tres años de edad, los abajo firmantes manifestamos nuestro convencimiento de que esta medida impide asegurar una atención de calidad, instalaciones adecuadas y una propuesta pedagógica específica para estas edades y que contemple el bienestar de las criaturas.
Los primeros años de vida de los niños y niñas son decisivos en su posterior desarrollo y crecimiento. Durante esos tres (incluso seis) años se establecen las bases corporales, emocionales, cognitivas y sociales sobre las que se construirán a sí mismos y su relación con el otro, con el mundo.
Así, los espacios que se ocupen de cuidar el delicado desarrollo de niños y niñas durante estos años deben:
- Facilitar un vínculo seguro con los adultos de referencia, como sostén para sus
exploraciones y descubrimientos; - Ofrecer unos cuidados básicos con calidad y presencia;
- Permitir el movimiento libre y la exploración de materiales ricos en experiencias y adaptados a su edad y momento de desarrollo;
- Asegurar un ambiente relajado y cálido que favorezca el descubrimiento del otro con la alegría y profundidad del encuentro compartido;
- Contemplar unas rutinas adecuadas al pausado ritmo infantil;
- Contar con ratios asumibles que permitan el buen desempeño de la labor y la
atención individualizada de cada criatura; - Acompañar y orientar a las familias en la tarea de la crianza, estableciendo
cauces de comunicación y cooperación constantes.
Estas necesidades deben ser cubiertas por personal cualificados, con una adecuada actualización profesional, sensibles a la dimensión de su tarea y especializados en las particularidades y complejidad del desarrollo infantil temprano.
Como profesionales de la educación, de la psicología y del acompañamiento infantil, sentimos la responsabilidad de alzar la voz para defender las condiciones necesarias para el desarrollo saludable y armónico de niños y niñas. Este solo puede desplegarse en todo su potencial en ambientes que tengan en cuenta la singularidad y especificidad de sus necesidades, en compañía de profesionales especializados y capaces de asumir la responsabilidad que supone establecer las bases de un crecimiento armónico, con confianza y bienestar.