CRECEMOS EN EL ENCUENTRO
Como seres humanos, NOS CONSTRUIMOS EN EL ENCUENTRO, en el diálogo, en la relación con otros. Nuestras capacidades creativas y creadoras no son recursos únicamente interiores ni individuales, sino que necesitan al otro para ocurrir y fortalecerse.
Entonces… ¿ES POSIBLE PENSAR EN LA TAREA EDUCATIVA EN UN CONTEXTO DE AISLAMIENTO? ¿Cómo ofrecer ambientes y situaciones que permitan el aprendizaje y el desarrollo vital a partir de la conexión con uno mismo y de la interacción con iguales?
Generemos conversaciones entre los miembros de la familia, saquemos fotos y contemos sus historias; juguemos a juegos de mesa que inviten al diálogo, especialmente a la risa que contagia y une a las personas; aprovechemos la hora de la comida para crear un momento rico en intercambios (compartir algo que hemos hecho ese día, o planificar alguna actividad conjunta para hacer más adelante); permitamos que los niños y niñas hablen con los vecinos y vecinas por las ventanas y balcones; reconozcamos el juego simbólico de niños y niñas como la mejor posibilidad para diálogos infinitos…
No estamos diciendo que el conocimiento no sea importante, ¡por supuesto que lo es! Pero en estas circunstancias, nos parece mucho más grave perder nuestra capacidad humana y humanizadora que perder los contenidos previstos en un currículum. Y no estamos pensando únicamente en los niños y niñas cuando invitamos a poner las relaciones y la comunicación como prioridad; para los adultos esto también es importante, ya que conversar nos saca de nuestro habitual torrente de pensamientos preocupados y angustiados ante la situación actual.
Insistimos: RECUPEREMOS LA PALABRA Y EL ESPACIO DOMÉSTICO COMPARTIDO en este aislamiento social y personal que nos ha tocado vivir, porque el silencio impuesto y triste nos deshumaniza y vacía. El otro, más que nunca, es nuestra posibilidad de salvación…
Fernanda Bocco